Cantoras: memoria oral e historias de vida
Como afirma la historiadora Laura Benadiba “…desde el comienzo de la historia de la humanidad la transmisión oral ha sido la forma de conservar la memoria colectiva. Mucho antes de que se escribiera la historia, cantores, fabulistas, relatores de cuentos y leyendas, transmitían su propia visión de los hechos relevantes de la comunidad…” Luego de un largo interregno, donde la importancia de la transmisión oral fue ignorada y menospreciada por los expertos, los testimonios de vida de mujeres y actores sociales históricamente invisibilizados como las cantoras campesinas del norte neuquino vuelven a tener el brillo perdido, teniendo una relevancia fundamental a la hora de que sus voces nuevamente sean tenidas en cuenta, para contar otras narrativas históricas, para volver a contar su(s) historia(s).
La dimensión testimonial constituye una de las claves para comprender las vicisitudes de las cantoras y su relevancia cultural. Asomarnos a mirar la historia desde los ojos y voz de las cantoras restituye el valor de su experiencia de vida, brindando, a quien decida sumergirse en sus avatares, el espectáculo de una imagen poliédrica que, en sus diversas caras y aristas, evoca la densidad histórica y cultural de su presencia.
Las cantoras perpetúan un legado cultural en cada tonada y cueca. Habitan en sus cuerpos, voz y rasgueos de guitarras diferentes formas de ser cantora, evidenciando un espectro de trayectorias que no son unívocas y que, en sus diversas facetas, dan cuenta de una gran vitalidad y riqueza cultural. Los testimonios orales de cantoras pertenecientes a distintas generaciones son elocuentes de esta complejidad de vivencias e historias de vida que nutren los hilos de la memoria social.